domingo, 15 de noviembre de 2009

DECLARACIÓN DE GRANADA
(Julio, 2009)

El tercer congreso de Voces Mediterráneas, celebrado en Granada del 6 al 9 de Julio de 2009, acordó emitir una declaración. La Declaración de Granada tiene el objetivo de mostrar ante la comunidad internacional, especialmente ante la Alianza de Civilizaciones y otros organismos españoles e internacionales, la diversidad y complejidad de la experiencia de género de las mujeres en el Área Mediterránea, y su capacidad para construir puntos de encuentro, diálogo y entendimiento. Esta Declaración plantea a los gobiernos que suscriben la Alianza de Civilizaciones, y muy especialmente a los del Área Mediterránea, la necesidad de tomar medidas urgentes para cumplir y hacer cumplir la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW), e instarles a aplicar políticas de igualdad que beneficien a las mujeres y, por tanto, a la sociedad en su conjunto.

A lo largo de la trayectoria de Voces Mediterráneas, desde su primer encuentro en Roma-2007, el segundo en Madrid-2008, y éste tercero en Granada, un centenar de mujeres de distintos puntos geográficos y culturales de la cuenca Mediterránea, en representación de distintas redes e instituciones, o individualmente, hemos llegado a la conclusión de que, desde perspectivas feministas y progresistas, tenemos la obligación de contribuir al cambio de las mentalidades e inspirar acciones políticas acordes, para la construcción del Área Mediterránea como una zona de paz, progreso y estabilidad. Por eso, las participantes en Voces Mediterráneas, en su preparación y su orientación, bajo los auspicios del Plan Nacional para la Alianza de las Civilizaciones y de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, así como de otras instancias colaboradoras, hemos acordado esta primera iniciativa, que presentamos ante el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, con el ruego de que la haga llegar al alto comisionado de Naciones Unidas para la Alianza, y a los gobiernos de los países amigos. Nos mueve la convicción compartida de que la igualdad y libertad de la mujer, su visibilidad como agente activo en lo político, lo económico y lo social, es condición sine qua non para la consolidación de sociedades que garanticen los derechos democráticos.

Y en este sentido:

1.- EXIGIMOS acciones concretas, inmediatas y urgentes para combatir y acabar con las violaciones de derechos humanos que han asolado y asolan a millones de mujeres de todas las orillas de la cuenca mediterránea y las mantienen en un estado de emergencia permanente. En este sentido, exigimos que se siga y se haga cumplir lo ya acordado por los organismos internacionales, y firmado en la Declaración de Pekín (1995) y la Resolución 1325 (2007) del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, así como las Conclusiones Ministeriales sobre el Papel de las Mujeres en la Sociedad, de Estambul (2006), entre otras, que, por supuesto, suscribimos.

2.- NOS NEGAMOS a ser consideradas como una minoría. Somos la mayoría absoluta (más del 52% de la población), por lo que DECLARAMOS que el acceso al poder político es un derecho de las mujeres, como individuos activos e iguales. Por tanto, pedimos firmemente la paridad en todas las esferas de la vida pública y política, y en la toma de decisiones.

3.- DEJAMOS CONSTANCIA de que los desequilibrios sociales y las desigualdades de todo orden que obstaculizan el entendimiento entre los pueblos, se agudizan en el caso de las mujeres. Mientras no se subsanen el estado de emergencia en que viven las mujeres por el sexismo en todas sus manifestaciones y las violaciones de derechos humanos, no se podrá avanzar en la solución de los grandes problemas del mundo contemporáneo, en particular los conflictos bélicos, la ocupación militar, la pobreza y la destrucción del medio ambiente. Por eso, RECLAMAMOS cambios estructurales en los sistemas sociales y políticos, lo cual significa tomar seriamente en consideración que la vida de las mujeres está condicionada por su género, de forma transversal e interseccional, y que nosotras nos disponemos a intervenir activamente en dichos cambios, que deben tomar en consideración el índice de desarrollo humano (IDH) en la vida de las mujeres que viven en la cuenca mediterránea.

4.- PEDIMOS FIRMEMENTE que, en la intervención pública, se integren modelos económicos, productivos y éticos, basados en la cooperación, la solidaridad, las alianzas y el respeto al medio ambiente, que las mujeres podemos producir y que, de manera muchas veces marginal, estamos produciendo ya. Proponemos que se examinen iniciativas concretas ya en marcha, que, impulsadas por mujeres mediterráneas, ponen de manifiesto que trabajar conjuntamente, incluso entre sectores aparentemente irreconciliables, es posible y necesario para traer esperanza, paz y prosperidad a las sociedades. No queremos dejar de hacer mención a las mujeres de la Cuarta Cultura, la cultura Gitana, apoyar sus reivindicaciones, y reclamar su participación activa de pleno derecho en la vida pública.

5.- INSTAMOS encarecidamente al reconocimiento del trabajo de las mujeres que, sacado de su tiempo propio, se destina al cuidado de la familia. Exigimos que se revise el concepto de población activa que en ocasiones nos sitúa fuera del mundo de la producción de bienes y servicios, así como la consideración del trabajo de cuidado familiar de los mayores y personas dependientes como socialmente productivo. Concretamente, proponemos también la revisión de las leyes de transmisión de bienes hereditarios, legislando la mejora legal en la herencia de la persona que cuida.

6.- CONSIDERAMOS que una sociedad laica y democrática que garantice la libertad de conciencia y de cultos, es condición indispensable para el desarrollo integral de las mujeres en el Mediterráneo, que conocemos y hemos llevado gran parte del peso histórico de las religiones en nuestras culturas. Nos alarma el resurgir de los sectores más conservadores de las instituciones religiosas, y su influencia creciente en las políticas de los gobiernos y en la vida cotidiana, especialmente de las nuevas generaciones de mujeres del área. Por tanto, pedimos un esfuerzo inmediato y coordinado para prevenir legalmente los problemas y abusos que hasta ahora son cotidianos, y proporcionar los instrumentos críticos y educativos que garanticen a las mujeres la libre elección, también en el caso de las prácticas religiosas.

7.- LLAMAMOS LA ATENCIÓN de los políticos y de la ciudadanía sobre la trampa de los multiculturalismos que, en nombre de la identidad y las tradiciones, relativizan la universalidad de los derechos humanos. Estamos dispuestas a generar y apoyar campañas de concienciación y programas que promuevan el respeto a la diversidad y a la unión en las diferencias, pero única y exclusivamente en el marco de la universalidad de la Declaración de los Derechos Humanos.

8.- AFIRMAMOS ROTUNDAMENTE que las mujeres no queremos ataduras en nombre de la religión, ni de la cultura, ni de las tradiciones, que nos hagan renunciar a nuestros derechos como personas, perfectamente descritos en la Carta de Naciones Unidas. Queremos participar en nuestras sociedades plenamente y con libertad, como sujetos políticos de pleno derecho. Insistimos en que la transformación del Área Mediterránea hacia una zona unida, próspera, pacífica y más justa y equitativa, será con la participación visible de las mujeres o no será. En concreto, queremos participar en el desarrollo de políticas económicas que ofrezcan a las mujeres oportunidades laborales y profesionales, y en la creación de las infraestructuras necesarias para su independencia y productividad.

9.- EXIGIMOS que se empodere a los instrumentos políticos y gubernamentales internacionales ya existentes para la defensa de los derechos humanos de las mujeres, muy especialmente a la Alianza de Civilizaciones y a su Plan Nacional, así como a los movimientos de mujeres y a sus organizaciones, dotándoles de fondos y medios adicionales, en el seno de cada sociedad mediterránea.

GRANADA DECLARATION
(JULY, 2009)


At the third Mediterranean Voices conference, celebrated in Granada, Spain, July 6-9th, 2009, it was agreed upon to issue a declaration. The main purpose of this document is to alert the international community—especially those countries that subscribe to the Alliance of Civilizations and other national and international entities—of two important facts: that women in the Mediterranean region are building bridges, encouraging dialogue and understanding, and that their experiences are extremely diverse and complex. This Declaration urges all governments, particularly those representing Mediterranean countries, to adhere to the Universal Declaration of Human Rights and the recommendations of the Convention for the Elimination of Discrimination Against Women (CEDAW), to implement measures and policies in favour of gender equality. We believe that these actions would not only benefit women, but all members of the society.

The three consecutive editions of Mediterranean Voices (Rome 2007, Madrid 2008, Granada 2009), have brought together over a hundred women from diverse cultures, social strata and geographic locations. We have agreed to a common feminist and progressive position: a commitment to changing mentalities and inspiring political actions that will contribute to the development of a peaceful, prosperous and stable Mediterranean region. Thus, participants of Mediterranean Voices, framed within the National Plan for the Alliance of Civilizations, and made possible with the collaboration of the International Menéndez Pelayo University and other supporting institutions, have agreed upon taking this initiative and presenting it to the Spanish President, Mr. José Luis Rodríguez Zapatero. We are kindly requesting that he submit this initiative to the High Representative of the United Nations for the Alliance of Civilizations, as well as to all governments of the Alliance of Civilizations allied countries. We firmly believe and are encouraged by the conviction that gender equality and freedom, women’s political visibility, their economic and social recognition and active enrolment in decision making are indispensable for the consolidation of societies based on democratic rights for all. Thus:

1.- WE DEMAND urgent, concrete and immediate actions to end human rights violations perpetrated against women in the Mediterranean region. Women have lived and still live in a permanent emergency state due to human rights violations. We subscribe to the Pekin Declaration (1995) and the Resolution 1325 (2007) of the Security Council of the United Nations, as well as the Ministerial Conclusions on the Role of Women in Society document agreed upon in Istanbul (2006), among other related documents to which we also subscribe.

2.- WE REFUSE to be considered a minority. We are the largest social group in the world (52 % of the world’s population). Thus, WE DECLARE that access to political power is a woman’s right. Women are active members of society and as such, they must be fully considered equal citizens. WE FIRMLY ASK FOR equity and parity in decision making positions as well as in all aspects of public and political life.

3.- WE WISH TO RESTATE that women are agents of society, thus, gender inequalities affect not just women alone but societies as a whole, and represent a real danger for democracy and peace processes. Gender inequality aggravates existing conflicts and has a devastating effect on women at large. As long as governments and international institutions do not put remedy to the emergency state in which millions of women live due to the effects of sexism and human rights violations, it will be impossible to move towards the resolution of major contemporary problems, particularly, war, poverty and the destruction of the environment. WE DEMAND structural changes in the political and social orders. Gender shapes and affects the lives of women intersectionally and in all areas of social life; we demand that the HDI (Human Development Index) should be taken into account particularly regarding women who live in the Mediterranean region; and that we, women, are also going to take active part in those changes decidedly.

4.- WE FIRMLY REQUEST that the economic and ethical models based on solidarity, alliances, cooperation, respect for the environment and for diversity that women have been implementing in their communities, be integrated in public life. WE PROPOSE that politicians examine and integrate these examples of concrete initiatives into their policies in the Mediterranean region in order to build hope, peace and prosperity collectively. We wish to add a special mention regarding the women of the so-called Fourth Culture, the Gypsy culture; we firmly support a their right for full recognition and active participation in public life.

5.- WE STRONGLY ASK that the unpaid work and labour of women be acknowledged, especially those women who are housewives, and caretakers of family members, elderly people and dependants, as well as those women who are self-employed as domestic help. We DEMAND that the concept of active population be revised in order to incorporate women in all social spheres as a productive force. Specifically, we propose that the legal status of care takers be included in heritage laws in order to improve their legal rights in relation to inheritance laws.

6.- WE UNANIMOUSLY BELIEVE that a secular and a democratic society where freedom of thought and worship is guaranteed constitutes an essential condition for women in the Mediterranean region to develop as human beings to their full potential. We know that women have carried the burden of religion and culture for centuries. We are alarmed by the religious conservatist wave that is currently taking place, and are aware of the strong negative influence that religious conservatism has in certain political sectors, and in the daily lives of women, particularly young women. Thus, WE REQUEST additional and immediate educational efforts and initiatives to counteract this phenomenon and to guarantee women’s freedom in religious practices.

7.- WE WISH TO SPOTLIGHT the “trap of multiculturalism” for, in the name of identity, cultural diversity and tradition, we are witnessing a dangerous relativism of universal human rights in relation to women. We want to actively support programs and information campaigns that promote respect for diversity and the union of all in (spite of) our difference. However, we demand that these initiatives be framed within the Universal Human Rights Declaration.

8.- WE DECIDEDLY AFFIRM that we, women, do not want to be tied down in the name of religion, or in the name of culture and traditions. We want to have the opportunity to freely participate in our societies as full citizens with all rights guaranteed. WE INSIST that the gradual transformation towards a unified, prosperous, fair, egalitarian and peaceful Mediterranean region, should not leave women behind. Specifically, we wish to actively participate in the development of economic policies aimed at improving professional and working opportunities for women, as well as in the creation of the necessary infrastructures for women’s independence and their productive role in society

9.- WE DEMAND that existing international governmental organizations and entities for the defence of women’s human rights be empowered, specifically, the Alliance of Civilizations initiative and the corresponding National Plans. Finally, we request that the same empowerment be implemented for women’s and social movements that exist in each Mediterranean society for the same purpose.
Translation: Teresa Langle de Paz.

LA DÉCLARATION DE GRANADA
(Juillet, 2009)
Lors de la Troisième Conférence des Voix méditerranéenne, qui a eu lieu à Granada, Espagne du 6 au 0 juillet 2009, il a été décide de faire une Déclaration. Le but principal de ce document est d’alerter la communauté internationale – et surtout ces pays qui souscrivent à l’Alliance des civilisations ainsi que d’autres entités nationales et internationales – de deux faits importants :que les femmes de la région méditerranéenne sont en train de construire des ponts, d’encourager le dialogue et la compréhension, et que leurs expériences sont extrêmement diverses et complexes. Cette Déclaration incite tous les gouvernements, et en particulier ceux qui représentent des pays méditerranéens, d’adhérer à la Déclaration Universelle des Droits Humains et aux Recommandations de la Convention pour l’Elimination des Discriminations Contre les Femmes (CEDAW), de mettre en œuvre des mesures et des politiques en faveur de l’égalité de genre. Nous croyons que ces actions profiteront non seulement aux femmes mais à tous les membres de la société.

Les trois événements consécutifs des Voix Méditerranéennes (Rome 2007, Madrid 2008, Granada 2009), ont réuni plus de cent femmes de cultures, de couches sociales et de lieux géographiques divers. Elles se sont mises d’accord sur une position commune féministe et progressiste : un engagement pour changer les mentalités et pour inspirer des actions politiques qui contribueront au développement d’une région méditerranéenne paisible, prospère et stable. Ainsi, les participantes des Voix Méditerranéennes, dans le cadre du Plan national pour l’Alliance des civilisations, et rendu possible par la collaboration de l’Université internationale Menendez Pelayo et autres institutions de soutien, se sont entendues pour prendre cette initiative et pour la présenter au Président espagnol, Monsieur José Luis Rodriguez Zapatero. Nous lui demandons de soumettre cette initiative au haut représentant des Nations Unies pour l’Alliance des civilisations, ainsi qu’à tous les gouvernements de l’Alliance des civilisations et des pays alliés. Nous croyons fermement, et sommes encouragées par la conviction que l’égalité de genre et la liberté, la visibilité politique des femmes, leur reconnaissance économique et sociale et leur participation active dans la prise de décision sont indispensables pour la consolidation des sociétés fondées sur les droits démocratiques pour tous. Ainsi :

1.- NOUS RÉCLAMONS des actions urgentes, concrètes et immédiates pour mettre fin aux violations des droits humains contre les femmes dans la région méditerranéenne. Des femmes ont vécu et vivent encore dans une condition d’urgence permanente à cause de ces violations de leurs droits humains. Nous souscrivons à la Déclaration de Pékin (1995) et à la Résolution 1325 (2007) du Conseil de Sécurité des Nations Unies, ainsi aux Conclusions ministérielles sur le Rôle des Femmes dans la Société, document décidé à Istanbul (2006), entre autres documents liés à cela auxquels nous souscrivons également.

2.- NOUS REFUSONS d’être considérées comme une minorité. Nous somme le groupe social le plus important du monde (52% de la population mondiale). Ainsi NOUS DÉCLARONS que l’accès au pouvoir politique est un droit des femmes. Les femmes sont des membres actives de la société et, en tant que telles, elle doivent être considérées comme des citoyennes pleinement égales. NOUS EXIGEONS FERMEMENT l’équité et la parité dans les postes de décision ainsi que dans tous les aspects de la vie publique et politique.

3.- NOUS VOULONS REDIRE que les femmes sont des agentes de la société et qu’ainsi, les inégalités de genre n’affectent pas les femmes seules mais les sociétés en général, et représentent un danger réel pour la démocratie et pour les processus de paix. L’inégalité de genre aggrave les conflits existants et ont un effet dévastateur sur les femmes en général. Tant que les gouvernements et les institutions internationales ne remédieront pas à la condition d’urgence dans lesquelles vivent des millions de femmes, à cause des effets du sexisme et des violations des droit humains, il sera impossible d’avancer vers la résolution des problèmes contemporains majeurs, en particulier, la guerre, la pauvreté et la destruction de l’environnement. NOUS DEMANDONS des changements structurels dans les domaines politiques et sociaux. Le genre forme et affecte les vies des femmes de façon intersectionnelle et dans tous les domaines de la vie sociale. Nous demandons que le IDH (Index du Développement Humain) doit être pris en compte, surtout concernant les femmes qui vivent dans la région méditerranéenne, et que nous autres femmes allons décidément prendre une part active dans ces changements.

4.- NOUS RÉCLAMONS FERMEMENT que les modèles économiques et éthiques fondés sur la solidarité, les alliances, la coopération, le respect pour l’environnement et pour la diversité que les femmes mettent en œuvre dans leurs communautés, soient intégrés dans la vie publique. NOUS PROPOSONS que les politiques étudient et intègrent ces exemples d’initiatives concrètes dans leurs politiques dans la région méditerranéenne afin d’y construire l’espoir, la paix et la prospérité collectivement. Nous voulons ajouter une mention spéciale concernant les femmes de la soi-disante Quatrième Culture, la culture gitane ; nous soutenons fermement leur droit pour une reconnaissance pleine et entière et pour une participation active dans la vie publique.

5.- NOUS RÉCLAMONS AVEC FORCE que le travail non payé et la labeur des femmes soient reconnus, surtout de ces femmes ménagères et soignantes de membres de leurs familles, de personnes âgées et de dépendants, ainsi aud ces femmes qui sont leurs propres employeures en tant que travailleuses domestiques. Nous EXIGEONS que le concept de la population active soit révisé afin d’inclure les femmes dans toutes les sphères sociales comme une force productive. Spécifiquement, nous proposons que le statut légal des soignantes soit inclus dans les lois de l’héritage afin d’améliorer leurs droits légaux par rapport à ces mêmes lois.

6.- NOUS CROYONS UNANIMEMENT qu’une société laïque et démocratique, où la liberté de pensée et de croyance est garantie, constitue une condition essentielle pour que les femmes de la région méditerranéenne se développent et réalisent leur plein potentiel en tant qu’êtres humains. Nous savons que les femmes ont porté le fardeau de la religion et de la culture pendant des siècles. Nous sommes alarmées par la vague de conservatisme religieux qui a lieu actuellement, et sommes conscientes de l’influence négative forte de ce conservatisme religieux dans certains secteurs politiques, et dans la vie quotidienne des femmes, surtout les jeunes. Ainsi , NOUS DEMANDONS des efforts éducatifs supplémentaires et immédiats et des initiatives pour contrer ce phénomène et pour garantir la liberté des femmes dans les pratiques religieuses.

7.- NOUS VOULONS SOULIGNER le « piège du multiculturalisme » car, au nom de l’identité, la diversité culturelle et la tradition, nous voyons un relativisme dangereux des droits humains universels par rapport aux femmes. Nous voulons soutenir activement des programmes et des campagnes d’information qui promeuvent le respect de la diversité et l’union de tous malgré nos différences. Cependant, nous demandons que ces initiatives soient placées dans le cadre de la Déclaration Universelle des Droits Humains.

8.- NOUS AFFIRMONS AVEC DÉTERMINATION que nous autres femmes ne voulons pas être soumises au nom de la religion, ni au nom de la culture et des traditions. Nous voulons pouvoir participer librement dans nos sociétés en tant que citoyennes à part entière avec tous nos droits garantis. NOUS INSISTONS que la transformation graduelle vers une région méditerranéenne unifiée, prospère, juste, égalitaire et paisible, ne doit pas laisser les femmes en arrière. Spécifiquement, nous voulons participer activement dans le développement des politiques économiques ayant pour but l’amélioration des possibilités de travail et de professions pour les femmes, ainsi que la création des infrastructures nécessaires pour l’indépendance des femmes et pour leur rôle productif dans la société.

9.- NOUS RÉCLAMONS que les organisations gouvernementales internationales existantes et les entités pour la défense des droits humains des femmes soit renforcées, spécifiquement, l’initiative de l’Alliance des Civilisations et les Plans nationaux attenants. Finalement, nous demandons que ce même renforcement soit mis en œuvre pour les mouvements des femmes et sociaux qui existent dans chaque société méditerranéenne dans le même but.
La traduction le français: Bernice Dubois.